Referencias espaciales
Entre los tres y los seis años, el niño experimenta una considerable evolución. Comienza este segundo ciclo de la educación infantil con un precario control de su propio cuerpo, una socialización y una capacidad de comunicación limitadas y un mundo afectivo incipiente. A los seis años, el niño tiene ya un considerable dominio del espacio, un interés por relacionarse con los demás y un universo afectivo más amplio y rico en experiencias. A lo largo de este ciclo empieza a comprender el ambiente inmediato y a manejarse en nuevas situaciones. El juego, la experimentación y la realización de actividades de carácter globalizado parecen un medio eficaz para conseguirlo.
Este enlace es muy útil para conocer como influyen las referencias espaciales en el cuerpo del niño y que tipo de relaciones hay:
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